EL MTRO. OCTAVIO VALDÉS: ENTRE LA LITERATURA, LA MÚSICA Y LA FILOSOFÍA

La búsqueda es algo que siempre me ha caracterizado.

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¿Cómo era el profesor Tavo durante la licenciatura?

Era un poco vago, pero siempre me gustó la lectura y la interpretación. También me atraía la música. Cuando estudiaba en la preparatoria y en la universidad me dividía entre el estudio y las bandas de rock en las que tocaba.

Me movía en el mundo interdisciplinario: las temáticas en la línea del entre me interesaban, por ello, siempre me concentré en este enfoque.

¿Cuál es el recuerdo que más atesora de esa época?

Mi titulación, pues además de aprobar, recibí un regalo muy interesante. Cuando terminó el examen recepcional, me di la vuelta y encontré a mi padre, él me abrazó y me dijo: “Felicidades, ahora entiendo qué estuviste haciendo aquí cinco años”. Para mi padre era complicado entender por qué estudiaba literatura. Lo comprendió hasta ese momento y, yo me sorprendí gratamente. Es uno de los recuerdos más agradables que guardo.

¿Qué lo caracteriza?

La búsqueda es algo que siempre me ha caracterizado. Hasta en mi propia vida. Esta actividad la realizo en la literatura, la filosofía y en mi rol de padre, amigo y esposo.

¿Qué le gusta al Mtro. Tavo?

Disfruto mucho la música, la literatura, pasar tiempo con mi familia y andar en bicicleta.

¿Qué música le gusta?

Me gusta el rock progresivo, en especial King Crimson, Pink Floyd y Gentle Giant. Uno de mis grupos favoritos de rock nacional es La Barranca; los sigo desde hace varios años. También me agrada la música oscura como Bauhaus, Joy Division y The Cure. Además, disfruto el jazz y el blues; escucho a John Coltrane y Miles Davies. Estas bandas y músicos se han convertido en el soundtrack de mi vida.

Con José Emilio Pacheco en una conferencia cuando estaba en tercer semestre de la licenciatura

¿Qué le sorprende de su entorno?

El crecimiento de mis hijos, cómo evolucionan y van descubriendo el mundo. Antes lo veía con mis alumnos; notaba cómo ellos se desarrollaban a través de los libros e ideas. Ahora lo observo de manera personal.

¿Cuál es el objeto más extraño que hay en su habitación?

Desde niño colecciono piedras de montaña y de río. Esto es extraño porque mis hijos, sin que yo se los comentara, empezaron a coleccionarlas. Cuando salimos ellos toman una piedra y me dicen: “oye papi, ¿esta piedra es de colección?”, si lo es la guardan y la atesoran igual que yo.

¿Qué pasatiempos comparte con sus hijos?

Los dos tienen gustos que se asemejan a los míos. Están en la edad de descubrir, cuestionar y crear. Ambos retroalimentan mi existencia: con Iñaki comparto el interés por la música y andar en bicicleta y, con Teo, la lectura, arreglar cosas y armar figuras.

Teo es ordenado y racional; Iñaki, sensible y emocional, en este sentido: uno representa a la razón y el otro, al corazón. Cada uno forma parte de lo que soy.

Si pudiera ser otra persona por un día ¿quién sería?

Creo que me gustaría ser Clarice Lispector, a quien estudio desde hace más de una década. Intentaría indagar en aquello que la hacía escribir esas grandes obras.

¿Con qué personaje literario le gustaría tener una plática?

Obviamente, con nuestro señor Charles Baudelaire. Sería mágico e interesante, porque es un autor que he leído desde mi adolescencia.

¿Si naufragara por un mes qué llevaría consigo?

Una guitarra, una libreta en blanco y un libro, no sé cuál, quizá Las flores del mal.

¿Qué es lo más extraño que ha buscado en internet?

Los nombres para mis hijos; busqué en diferentes culturas y mitologías; finalmente les asigné los que más me gustaban. Nombrarlos fue algo de lo más complicado que he hecho en mi vida.

¿Qué quería ser de pequeño?

Quería ser trailero, pues me gustaban los tráilers. También quise ser piloto aviador, así que investigué cómo estudiar aviación en la escuela naval; luego quise ser músico, periodista o pintor. Al final decidí estudiar Letras.

¿Qué animal sería?, ¿y por qué?

Sería un perro porque mi carácter es similar al de ellos: soy amigable y leal con amigos y familiares.

¿Qué supervillano o héroe sería?

En casa somos fans de Spiderman, es un superhéroe que no usa armas, no asesina y su lema es: “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”.

Si su vida fuera una película ¿cómo se titularía?

Voy a tomar la idea de Clarice Lispector, se llamaría La búsqueda de la cosa en sí.

¿Cuál es su talento más extraño?

Aunque nunca estudié para ello, canté y escribí canciones para algunas bandas.

En una presentación con su banda

¿Quién ha sido, para usted, su profesor más interesante?

El Dr. Adolfo Díaz, me ayudo a definir mi línea de investigación y me orientó en el área de la hermenéutica. También, son relevantes mis catedráticos de posgrado: Valquiria Wey me presentó de forma profunda la literatura brasileña y Angélica Tornero logró que me enamorara de la teoría literaria y la relación entre filosofía y literatura. Igualmente, Miguel Ángel Sobrino, aunque no fue mi profesor, me ha enseñado mucho y ha sido una guía importante.

¿Qué es lo mejor de ser docente de Humanidades?

Convivir con jóvenes que te enseñan. Normalmente, pensamos que el docente es quien instruye al alumno, pero yo aprendo más de mis estudiantes. Además, ser profesor de esta Facultad me ha permitido entablar amistad con compañeros de diferentes disciplinas como Carlos Ledesma, América Bobadilla, Issac Rojas y Josué Manzano; ellos son muy importantes en mi vida y les agradezco lo que me han enseñado.

¿Qué consejo les daría a sus alumnos?

Buscar la interdisciplinariedad. Creo que el ser humano se enriquece cuando dialoga con múltiples discursos que le permiten comprender el mundo. Por ejemplo, si estudias literatura acércate al teatro, la filosofía o a otras áreas del conocimiento.

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