Bitácora literaria. Literatura: la aventura de tu vida

Por: Alex Haro

“¿Qué quieres ser de grande?” es, generalmente, una pregunta recurrente y el primer acercamiento a la vida adulta que recibe un niño. Las respuestas suelen ser variadas, yendo de doctor a futbolista o de ingeniero a abogado a lo largo de la infancia; y se asocian con cualidades que los padres creen ver en los primeros años del desarrollo de sus hijos. De tal forma, los niños que responden “médico” suelen tener fama de inteligentes; los que sueñan con ser enfermeros se consideran nobles; y aquellos que quieren ser bomberos se los toma por valientes.

Por otro lado, muy pocos niños, al menos en nuestro país, saben que pueden estudiar artes; muchos menos son los que sueñan con dedicarse a alguna de ellas. No obstante, vivir de la Literatura puede ser la experiencia más excitante que a un infante se le pueda ocurrir.

La Literatura lo tiene todo, y exige que aquellos que se le acercan desplieguen una serie de habilidades necesarias como para ninguna otra profesión. Para estudiar Literatura se necesita, por ejemplo, ser valiente para librar batallas con monstruos y fantasmas encerrados en libros, acechando por siglos y siglos a generaciones de personas; se requiere de pasión, para aprender a bailar al compás de las letras; se exige inteligencia, para ser capaz de nadar hasta las profundidades de cualquier texto, por difícil que sea; se demanda nobleza, para honrar el legado de aquellos que nos precedieron y conservarlo para quienes vendrán tras nosotros; y, por qué no, se necesita imaginación para sumar al ya incontable cielo estrellado que es el acervo con el que contamos en la actualidad.

Estudiar Literatura es el sueño que más se acerca a lo eterno, pues nos une con un todo lo que va mucho más allá de nosotros mismos. En resumen, estudiar Literatura es una decisión para quienes quieren ir, siempre, más allá de la vida, para quienes una sola vida no basta.

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