El amor y la comedia a través de Ojo por ojo, gato por liebre

Tuvimos la oportunidad de hablar con la Directora Blanca SanVal y todo el elenco de la recién estrenada obra Ojo por ojo, gato por liebre, donde nos comparten cuáles han sido los retos de enfrentarse a una nueva modalidad como lo es el teatro en línea. También su experiencia de trabajar en esta divertida obra la cual no te puedes perder.

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¿Qué te motivó a realizar el montaje de la obra Ojo por ojo, gato por liebre?

La pandemia principalmente. Aunque debo decir que ya tenía desde antes la necesidad de dirigir algo, sobre todo porque viví montajes de dirección muy cercanos. Sólo un día desperté y recordé una obra que había leído y encontré la inspiración. Nunca me imaginé todo lo que esto conllevaría: trabajarla profesionalmente con Prohibido teatro. Sin embargo, creo que ha sido un buen inicio y eso fue lo que me llevó a la dirección.

¿Qué nos puedes contar sobre la obra?

Yo conocí esta obra por mis lecturas de algunos textos que trabajé para mi titulación. Yo quería titularme por obra artística. Es una obra española de José Cedena, un director sevillano. Es una comedía que me gustó mucho cuando la leí por primera vez. Aunque evidentemente la tuve que adaptar al contexto mexicano y además adecuar otros detalles al contexto que vivimos hoy en día con la pandemia.

¿Cuáles son tus apreciaciones de realizar la obra en línea?

Siento que, para los actores, e inclusive para los directores, esta situación puede ser tanto un pro como un contra. Resulta positivo ya que nos permite la oportunidad de llegar a otros lugares que presencialmente antes no se podía. Es decir, gente de Querétaro, por ejemplo, puede ver nuestra obra en la red sin problemas. Nos abre las puertas a un mayor público. Rompemos fronteras. Ahora un punto en contra es que el teatro convencional, el que nosotros aprendimos y estudiamos, requiere precisamente de esa presencialidad, de relacionarse con el otro. Sales a escena y te paras frente a un público para actuar, sientes esa conexión con la otredad físicamente. Creo que eso se pierde un poco al usar estas plataformas digitales. De todos modos, cuando se tiene la necesidad de crear los artistas nos adaptamos para poder trabajar con estas nuevas herramientas y espacios. Además nuestra prioridad es la seguridad propia y de la gente, no queremos arriesgarlos de ninguna manera. Se trata de cuidarnos todos.

Blanca SanVal, Directora

¿Cómo surgió Prohibido teatro?

Nació a través de un proyecto escolar. Gaby William y yo (Blanca) fuimos compañeras en la facultad y realizamos juntas el trabajo final para Gestión y producción donde nos pedían crear una especie de compañía. Ella propone el nombre de Prohibido teatro porque todo este tema tenía un trasfondo que me explicó en su momento y que me gustó mucho. Presentamos con este grupo nuestra obra de titulación que se llamaba Cinco minutos sin respirar de un dramaturgo venezolano. Tuvimos diez ese semestre y ahí quedó estancado el proyecto. Sin embargo, retomé este nombre y empecé a pensar en grande. Hablé con Gaby y nos pusimos de acuerdo para continuar juntas en esta idea. Prácticamente las dos somos propietarias y socias de esta compañía. Así fue como se creó Prohibido teatro.

A nuestros actores: ¿Qué personaje interpretan?

Taide López

Yo interpreto a Celestina. Ella es una mujer imponente, amigable, coqueta y trabajadora. Tiene su propia agencia que se dedica a enligar a las personas: Love Story, cuyo lema es “En busca de la pareja ideal”. A ella le apasiona mucho el amor, es algo que ha estudiado desde que era muy pequeña. No podemos dejar de lado a su ayudante y maestra Leopolda, quien atiende las llamadas y atiende a los clientes. Luego ellos pasan al estudio de Celestina para ser entrevistados y determina su perfil: sus actitudes, su personalidad, sus gustos y aspiraciones. Así puede ella buscar la pareja ideal según lo que ellos le pidan.

Abigail Macías

Interpreto a Leopolda, la amiga y secretaria locochona de Celestina. Ella se encarga de atender a los clientes, de recibir llamadas, etc. Es muy divertida. La frase que define a mi personaje es cuando pide que la llamen Leo.

Gabriela William

Yo interpreto al divertidísimo personaje de Lisarda. Ella es una viejita de 85 años que también va a la agencia de Celestina con la intención de encontrar a alguna personita que le haga compañía. Fue un personaje que me cautivó desde que leí la obra porque me reía mucho con lo que hacía y decía. Entonces cuando la directora hizo el casting yo sabía que quería interpretarla así que me presenté para el papel de Lisarda. Ha sido un reto interesante explorar y trabajar a los personajes cómicos, siento que esta obra se presta muchísimo para eso, precisamente por los personajes que maneja. Su frase sería: “Qué amor ni qué amor. Lo que yo estoy buscando es un buen amante. Hace tiempo que no le he catado y ya va siendo hora de darle una alegrita al cuerpo”.

Alexis Molina.

El personaje que yo interpreto es Federico Rico Rico. Él es un hombre que le gusta el dinero, pero no le gusta trabajar para obtenerlo. Quiere ganar plata a como dé lugar, ya sea a costa de las mujeres. Es el típico que siente que la tierra no lo merece, se siente súper guapo y de la alta sociedad. Es como Teresa al principio de la novela: que no tiene nada, pero cree que todo el resto está mal menos ella. Así con Federico. Vive con sus papás, pero él cree que son sus roomies aunque en realidad lo mantienen. Y eso es justamente lo que busca: una pareja que lo consienta y lo mantenga. La frase que define a Federico es: “Soy un alhaja de hombre”.

Alejandro Juárez.

Yo interpreto a Anselmo. Él es una persona sistemática, muy concreta y directa. Tiene un carácter pesado y físicamente no es atractivo, pero él se quiere muchísimo. Se ama. Él siente que el mundo le pertenece y va a hacer todo lo posible para conseguirlo. Ha sido muy interesante y gratificante trabajar con ese tipo de personajes, es decir, esas personas que nunca dejan de intentar lograr sus ambiciones. No fue difícil esta adaptación, aunque sí hubo una búsqueda personal, una reflexión de hacia a dónde quería enfocarlo. Es algo que nos pasó a todos en realidad. Generamos como grupo una idea de qué queríamos lograr con la obra. Eso me ayudó bastante. Lo que sí siento es que su personalidad es más intensa que la mía, él va constantemente tras sus ambiciones y yo soy más relajado, tranquilo, aunque sí hay cosas que me gusta defender.

Alexis Molina como Federico Rico Rico

¿Cómo fue el proceso de construcción de sus personajes?

Este proceso siempre involucra mucha investigación. El trabajo del actor en este sentido es como el de los de criminología: tiene que revisar las relaciones de su personaje, su historia, su pasado, sus motivaciones, su personalidad, etc. También la directora nos planteó al principio del montaje preguntas clave para que analizáramos a nuestro personaje en torno a la pandemia, a la tecnología, al amor, etc. Sobre todo el amor en este proyecto es algo clave. La agencia de Celestina es fundamental para unir a los personajes en esta idea de la pareja ideal. Como actores, además, que buscar referentes en el mundo real para inspirarnos. En el caso de Lisarda, por ejemplo, ver cómo se expresa la gente mayor sobre el amor. Investigar sobre lo que piensan o dicen en torno a los temas que trabaja la obra. Nosotros tomamos esos elementos reales para ir proyectándolos en la idea que queremos lograr con tal o cual personaje. Se trata de visualizar a la persona y planearla antes de llevarla a escena.

Otro punto de atención que revisamos con la directora fue que al trabajar en el terreno de lo cómico teníamos que evitar caer en lo fársico. El personaje de Federico Rico Rico fue un claro ejemplo de esto. En su construcción fuimos probando con diferentes voces en los ensayos, vestimentas, modos de actuar para lograrlo bien. Además, es curioso porque este personaje además es un actor que siempre está dramatizándolo todo. Definitivamente fue un reto encontrarle los matices para que llegara a ser lo que es hoy.

¿Cómo fue el trabajo grupal de montaje de la obra?

Al leerla en conjunto surgieron bastantes perspectivas y opiniones diversas en cuanto a el enfoque que cada uno le iba encontrando a la obra. Estas discusiones y retroalimentaciones de cómo tus compañeros entienden a la obra te ayuda como actor para definir la línea, el objetivo hacia donde nos vamos a dirigir. Es decir, cuando uno lee algo para sí mismo puede crear e interpretar sin problemas. Pero hacer un montaje se basa sobre todo en el trabajo grupal, el aporte que todos ponemos para lograr un resultado final de calidad. En ese sentido, todos guiamos y nos involucramos en el proyecto.

Gabriela William como Lisarda

¿Cómo realizaron los ensayos para la obra?

Todo fue mediante las plataformas virtuales y en línea. Nosotros no nos hemos encontrado de manera presencial.

¿Resultó complicado construir una obra sin tener ese contacto de la presencialidad?

En cuanto a la dirección, afortunadamente se trató de un proyecto que ya lo tenía visualizado entonces no fue muy difícil expresarla y compartirla con el resto del equipo. Sin embargo, fue un trabajo muy complejo por todos lados. Sobre todo porque todo esta realidad y la situación que vivimos es algo a lo que nos estamos enfrentando todos por primera vez. En ese sentido, fue fundamental tener claridad en la propuesta inicial de lo que queríamos lograr. Se trata de un trabajo conjunto, no es solamente responsabilidad del director ni de los actores. Todos contribuimos y nos esforzamos para obtener este resultado, este producto que ahora presentamos.

Definitivamente es un reto y una novedad trabajar y hacer arte mediante estos medios digitales. Como estudiantes universitarios estamos inclinados a acercarnos a este tipo de plataformas para poder seguir aprendiendo. Es un campo de exploración muy amplio que tenemos que dominar. Es una apuesta. Además, todavía podemos llegar a nuestro público y fomentamos las medidas de seguridad y resguardo requeridas. Una de las dificultades principales que encontramos fue mantener el ritmo entre nosotros. Hay una demora en todas las transmisiones que debemos tener en cuenta para no interrumpir a los otros o para entrar en escena adecuadamente. Otro punto de trabajo fue el encuadre, es decir, el espacio de pantalla que cada uno tiene para trabajar y ser vistos.

¿Fue complicado crear los vestuarios y la escenografía?

La directora desde el inicio fue muy clara sobre la estética que quería para la obra. Ella investigó sobre la psicología del color, la simbología de los elementos que estamos utilizando y ha sido un trabajo desde casa. El reto está en que cada uno ha tenido que ser creativo para cumplir los requerimientos y las expectativas de la directora. Esto fue lo que sucedió tanto con el vestuario como con la escenografía. A todos los aspectos le estamos apostando a la calidad. Sin duda ha sido complicado adaptar todos estos aspectos de la creación al medio que estamos empleando. Otra cuestión que tuvimos que resolver fue encontrar una plataforma confiable y segura, requerimos también otro tipo de necesidades como una conexión de internet que no falle, equipos que estén adecuados para la presentación y todos esos detalles de logística que antes no se consideraban. Por otro lado, esta nueva idea de presentación nos ha permitido desarrollar otro tipo de habilidades expresivas que son necesarias, precisamente, para el medio que estamos utilizando. Ya no se puede ser tan histriónico en escena como antes, ahora recurres más a la expresividad facial, por ejemplo.

¿Cómo fue su experiencia de trabajar con su directora?

Fue algo muy divertido. Desde el inicio notamos la seriedad y el compromiso que ella demostró a lo largo de todo el proceso nos motivó como actores, como artistas, a ser mejores y a tener el trabajo siempre presente. Ha sido muy fructífero poder montar una obra con ella. Además, todo el tiempo nos impulsó a mejorar a seguir realizando actividades que nos ponían en jaque pero que nos permitieron desarrollarnos dentro de este medio digital para obtener el resultado tan bueno que hemos conseguido entre todos. Ella nos demostró el amor, el esfuerzo y la disciplina que se requiere para crear una obra de calidad. Evidentemente la forma de trabajo representó un reto para todos. Sin embargo, Blanca siempre supo manejar cada una de estas dificultades y se puso a la cabeza del equipo para guiarnos en esta aventura creativa.

¿Algo que nos quieran compartir para el público de Acuarela Humanística?

Principalmente, como grupo, como artistas y como gente de teatro agradecemos mucho el trabajo y el espacio que nos brinda Acuarela Humanística para poder difundir nuestra labor cultural. Esperamos que tengan la oportunidad de ver la obra Ojo por ojo, gato por liebre, está muy buena, se van a divertir mucho. Es una oportunidad para relajarnos y olvidarnos un rato de los problemas del mundo y de la pandemia. Los invitamos a seguirnos en nuestras redes sociales, en Facebook estamos como Prohibido teatro y en Instagram también como Prohibido teatro.

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