¡Pasión y sudor! el camino del actor. Entrevista al Mtro. Israel Ríos

¿Cómo fue que inició? o ¿Qué lo motivó a estudiar actuación?

Desde muy pequeño me encontré con el teatro, fue a partir de los catorce años cuando lo descubrí en los talleres de formación artística que se impartían en el IMSS. Enamorado por el cine y la actuación me inscribí a estos, de los cuáles teatro, fue mi primera opción. Fue así, como descubrí todas las posibilidades de este arte, simplemente me atrapó la posibilidad de crear nuevos escenarios, versiones nuevas de sí y con ellas nació en mí el deseo por no apartarme de esto jamás, llevándome pues, a estudiar de forma profesional.

Si no hubiera estudiado actuación ¿Qué otra carrera le hubiera gustado estudiar?

Tal vez química o biología, realmente es algo que aún pienso y siento como si se tratara de un asunto pendiente en mi vida. Me gustaría salir un momento de los escenarios ficticios para conocer otros mundos, ¡quién sabe! si lo consigo, estaré presumiéndoles mi título de Químico o biológico algún día.

¿Cómo fue? ¿Qué sintió la primera vez que experimentó subirse a un escenario?

Se trató de una mezcla increíble de sentimientos; miedo felicidad, angustia, misma que compartíamos entre todos, y que explicaría simplemente como la mejor adrenalina.

Cuéntenos ¿cómo fue su vida de estudiante?

Fue un tanto compleja, mi familia no contaba con muchos recursos económicos, y el hecho de haber viajado a la Ciudad de México para estudiar, aumentaba esta problemática. Yo diría que mi proceso como estudiante consistió en una depuración y descubrimiento a nuevos juegos y propuestas, mismos que con el tiempo se transformarían en herramientas para mejorar mi desempeño como actor.

¿Cómo fue que se acercó al ámbito de la dirección?

Fue una inquietud que nació a partir del deseo por proyectar mis ideas sobre la vida, es decir, para tener un discurso propio. Mi primera dirección fue a los dieciocho años, en esta, trabajamos monólogos, lo cual nos valió el primer lugar de un concurso estatal. A partir de esta grata experiencia seguí haciéndolo, pero más tarde lo dejé para continuar con mi formación como actor.

Después de haber experimentado, y sumado a los estudios que realizó como actor en la ENAT, además de tener un bagaje en dirección ¿llegó un punto en el que le gustó más una actividad que otra? ¿Le gusta más ser actor o director?

Me gusta mucho más la actuación. Aun después de egresar, actúe por mucho más tiempo, en el camino mi pensamiento mutó y aunado a las circunstancias me convertí en director, lo cual, disfruté mucho. Sin embargo, debo reconocer que disfruto mucho más el actuar.

Cuando dirige una obra ¿Qué considera difícil?

Dos aspectos, el primero es lograr conectar con los factores, para esto es importante la experiencia, ya que nos asegura un buen trabajo en equipo. El segundo está dirigido a la distribución, pues si no se consigue, se complican los proyectos y es casi imposible mantener una obra por mucho tiempo.

Una vez que se encuentra dirigiendo una obra ¿Qué le provoca el estreno?

Durante la presentación de las funciones no observamos la obra desde esa óptica, considero que esta se renueva cada función, y es como organizar nuevamente una fiesta.  El trabajo en equipo aquí se hace presente, por un lado los actores que le dan vida a la obra, y por otro el director que facilita esta tarea. Al final, quedan muchas interrogantes, pero el crecimiento y aprendizaje en cada puesta, sin duda, es la mejor sensación que experimentamos.

¿Recuerda o tiene algún maestro que sea entrañable para usted?

Tengo varios, el maestro Arif Ovalle dejó huella en mi etapa como estudiante por su filosofía y ética. El director Alberto Villarreal me obsequió un panorama totalmente nuevo y objetivo del teatro, algo que recuerdo con mucho cariño. Chaplin, por ejemplo, es otra figura que me inspiró a través de su humor.

Para el maestro Israel ¿Qué significa o qué significado le da al rigor dentro de la actuación?

Pienso que es súper importante en esta época tener mucho cuidado con la palabra y el ejercicio de la profesión, recordar la palabra rigor, como la posibilidad de búsqueda de una disciplina con el propio trabajo y con la labor de los canales expresivos. La actuación es y será siempre significado de rigor.

¿Cuál es su objetivo como actor o director?

Es dialogar con la realidad a través de la ficción, preguntarse a sí mismo continuamente y saber que estas interrogantes no siempre podrán ser respondidas. La ficción, por ejemplo, me permite dialogar con la realidad. Para mí, el teatro es como abrir ventanas por donde entra la luz y nos permite ver que hay muchas más cosas de las que pensamos.

¿Tiene algún ritual antes de entrar a escena? Si es así, ¿Cuál es?

Lo tengo, este consiste en apoyar una rodilla sobre el escenario, después, tocar el piso; la tierra y sentir a través de esto una conexión en mi presente con el universo. Así mismo, suelo plantar los pies y enseguida hacer un signo con los dedos sobre la frente, corazón y labios.

¿Alguna vez se quedó con ganas de interpretar algún personaje?

Sí, algunos. El primero es Ricardo III de Shakespeare no porque me guste el personaje, realmente me parece muy repulsivo, pero es justo por eso que me gustaría interpretarlo. El segundo es Vladimir de Esperando a Godot, para el cual espero no ser muy mayor para darle vida, y el tercero es Hamlet, que seguramente no podría interpretar ya debido a la edad.

¿Podría contarnos un poco acerca de su experiencia trabajando en Cine?

Trabajé en televisión haciendo cortos pequeños, así mismo, para algunos episodios de Tv Mexiquense. Este fue mi primer acercamiento con las cámaras. Más adelante tuve un papel de reparto en una producción dirigida por Mel Gibson para el cual grabé algunos meses en Veracruz. Esta fue una experiencia muy grata, ya que conocí la preparación y el entrenamiento previo a la grabación. Además, quedé fascinado por la coordinación de escenas, las cuales eran prácticamente nuevas.

¿Qué rescata de la experiencia de trabajar en cine a lo que ya ha experimentado en el teatro? ¿Qué tiene el teatro que no tenga el cine y viceversa?

En el teatro la adrenalina es mucho más intensa porque está sucediendo en el tiempo presente, por lo tanto los sentidos tienen que estar mucho más despiertos. En el cine es distinto, ya que tienes la opción de probar la toma o repetirla, mientras que en el teatro estás en contacto directo con el espectador.

Es maestro en la Facultad de Humanidades y en otras escuelas ¿Cómo es que llegó a la docencia?

Siempre me gustó esta actividad ya que la considero una posibilidad de transmitir y de compartir sentimientos y conocimientos para inspirar a los demás. En mi caso, comencé a impartir talleres de teatro en preparatoria, después, lo hice en el teatro del IMSS. Desde entonces me mantuve dando clases, fui asesor en la Facultad de Humanidades, estuve un tiempo con el maestro Zermeño, luego con el maestro Esvon.

Si un día le dieran a escoger entre la actuación, la dirección o la docencia ¿Cuál escogería? y ¿por qué?

Elegiría la actuación porque es tremendamente divertido sentirte entre ficciones, es como una droga maravillosa que no podría dejar de experimentar.

Ser actor conlleva a un compromiso muy fuerte, y nos preguntamos, ¿Para qué se es actor? ¿A quién sirve un actor principalmente?

Ser actor es una decisión siempre. Yo diría, pues: a nadie más que a ti, es decir, no hay que pensar que un actor debe de servir. Ser actor es una elección entre todas las posibilidades de trabajo, la constante de tu determinación y el resultado de tu pasión. Mi razón para ser actor radica en la inmensa generosidad y bondad por compartir lo que hago al mundo.

En el momento que está actuando o interpretando algún personaje ¿Le resulta fácil?, ¿Cómo desprenderse del personaje que está interpretando?, ¿Le cuesta trabajo salir de ahí?

No, creo que nunca he tenido ese problema. La clave está en evitar mezclar las cosas, tener presente siempre que pertenece a la ficción y que a la realidad.

¿Qué le falta por hacer? Ya sea, como director, actor o docente.

Desarrollar una especie de teatro danza, quisiera explorar en el aspecto de la actuación, lo he trabajado como director, pero no como actor. En cuanto al área de dirección, voy en el camino, conforme van surgiendo ideas y las voy desarrollando. Como director deseo encontrarme con una poética propia, un estilo más mío, pero no estoy seguro, creo que no quiero eso todavía, y como docente, creo que poder generar mayores aportaciones en otras áreas que no sean necesariamente las de actuación.

¿Hay algún personaje que le haya costado mucho trabajo interpretar?

Sí, creo que el Teatro Clásico, en su momento como actor me gustó debido a la articulación del lenguaje, el ritmo y todo lo que tiene que ver con la enunciación del texto, pero después hacerlo de una forma orgánica en la escena, fue un dolor de cabeza, aunque el resultado no fue malo.

¿Qué consejo le daría a los jóvenes que se quieren o piensan dedicarse a la actuación?

Que piensen en el tipo de regalo que quieren dar y sean conscientes de que en la actuación es importante ser muy generoso con todos. El ser actor es ser propiamente humano y no simplemente interpretar papeles, para esto, se requiere de mucho esfuerzo y por supuesto, disciplina.

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