La pasión es muerte y resurrección, hay que aprender a sufrir el dolor.
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¿Cómo era usted en su época de estudiante de licenciatura?
Me gustaba mucho mi licenciatura, pero a la vez la odiaba. Yo me quería salir de Letras y quería estudiar Antropología social; era muy serio, me juntaba con muy pocas personas y era una rata de biblioteca. Muy ñoño de esos que ves y piensas “ya basta”.
¿Cuál fue el aprendizaje más importante de esa época?
Esa es una muy buena pregunta, hay muchos aprendizajes, pero el más importante fue amar lo que hago. Si bien me quería salir, en el séptimo semestre que tuve asignaturas como Corrección de estilo o Diseño editorial me enamoré de la licenciatura, aprendí a amar el lenguaje a partir de ella y ese es mi mayor aprendizaje.
¿Qué docentes marcaron su época estudiantil?
La primera docente fue Patricia Romani, una lingüista italiana; otra persona que marcó mi vida fue la Dra. Mihaela Comsa, trabajamos con ella Formalismo. También considero que quienes me marcaron en el aspecto académico fueron el Dr. Octavio Valdés, la Dra. América Luna, el Mtro. Martín Mondragón, la Dra. Martha Elia Arizmendi, la Mtra. Hilda Fernández, y mi director de tesis, el Dr. Eugenio Núñez.

¿Qué lo motivó a dedicar su vida al análisis del discurso?
Comprender el lenguaje y las relaciones sociales a través del lenguaje. Yo enlazo la lingüística con la antropología para vincular las relaciones sociales.
¿Qué materias imparte en la licenciatura de Lengua y Literatura Hispánicas?
Doy Lingüística, Morfosintaxis, Sintaxis, Lexicología y Semántica, Análisis del discurso.
¿Cuál es su línea de investigación?
Mis líneas de investigación son el análisis del discurso y el género (diversidad de género), estudio la transexualidad y homosexualidad ligados al lenguaje y también al cine.

¿Por qué le interesó comenzar a estudiarlo?
Por accidente, siempre me preguntan eso y no sé qué responder, yo creo que tiene que ver con la exclusión en la que viven las personas trans. Comprender que las exclusiones de esas personas arropan las mías y ya no me siento solo.
¿Cómo es el Mtro. Daniel Arzate como docente?
Caótico y apasionado, soy muy desordenado, pero me encanta lo que hago.
¿Qué le gustaría lograr como docente?
Acompañar a mis estudiantes en el nivel académico y también en el afectivo. A veces se nos olvida que son personas y que no son máquinas para pensar; acompañarlos en su crecimiento profesional, personal, etc.

¿Qué libros han marcado su vida?
La hora de la estrella y La araña de Clarice Lispector; un poemario de Amparo Ochoa; Yo soy el monstruo que os habla de Paul Preciado, Contra-pedagogías de la crueldad de Rita Segato, y El sentido práctico de Pierre Bourdieu.
Si tuviera la oportunidad de volver al pasado y conocer a una personalidad del mundo, ¿a quién elegiría y por qué?
Sin duda a Marsha P. Johnson, me encantaría conocerla por su poder, su convicción, valentía, y porque ha de haber sido un monstruo excéntrico en cuanto a sus ideas.
¿Cuál es su mayor temor?
Dejar de sentir y ser apático. Cuando dejas de hacerlo ya no disfrutas nada, se te van las ganas de vivir.

Si tuviera la oportunidad de tener un superpoder, ¿cuál sería?
Viajar en el tiempo, romper las barreras del pasado, ser Dr. Strange básicamente.
Si su vida fuera una película, ¿cómo se titularía?
“Las locuras del emperador”. Porque soy igual de intenso y disperso que Kuzko.
¿Qué les aconsejaría a los estudiantes de Lengua y Literatura Hispánicas?
Que se apasionen por lo que hacen y por la vida, porque la pasión es muerte y resurrección, hay que aprender a sufrir el dolor.
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