Nuestro futuro reemplazo

¡El apocalipsis está aquí! La tecnología está reemplazando a los artistas y escritores. Ya no necesitamos humanos para crear arte y literatura. Ahora, una máquina puede hacerlo todo. ¿Qué sigue? ¿Los robots tomando nuestros trabajos y tomando el control del mundo?

No estoy diciendo que las máquinas no puedan crear cosas impresionantes. Después de todo, hay robots que pueden pintar cuadros y componer música. Incluso hay programas de computadora que pueden escribir noticias y artículos. Pero, ¿realmente queremos un mundo sin la pasión y la creatividad humana?

Imaginen, si pudieras descargar una aplicación en tu teléfono y tener una obra de arte personalizada en tu pared en minutos. ¿Por qué molestarse en buscar a un artista para que pinte algo especial para ti? O, ¿por qué leer un libro cuando una computadora puede escribir uno para ti en una fracción del tiempo?

No me malinterpreten, la tecnología ha hecho muchas cosas más fáciles y más eficientes. Pero, ¿dónde está la emoción en eso? ¿Dónde está la conexión humana?

Si seguimos permitiendo que la tecnología tome el control, pronto todo lo que tendremos serán copias baratas de arte y literatura. ¿Realmente queremos vivir en un mundo donde las únicas emociones que podemos sentir son las que están programadas en una computadora?

Así que, por favor, no renunciemos a los artistas y escritores en nuestras vidas. Agradezcamos su pasión y creatividad, su capacidad para conectarnos con el mundo y hacernos sentir cosas. Hagamos nuestra parte para apoyarlos, porque sin ellos, el mundo sería un lugar muy aburrido y sin vida.

En resumen, la tecnología puede ser impresionante, pero no hay sustituto para la creatividad humana. No permitamos que las máquinas nos quiten eso. Y, además, ¿qué robot podría hacernos reír como lo hace un buen chiste malo?

Pues, al menos, Chatgpt no. La columna anterior la hizo una inteligencia artificial, a petición mía. ¿Saben que es lo aterrador? Que, en al menos un par de ocasiones, reconocí en su escritura algo que, sin problema alguno, podría hacer yo mismo en una de mis columnas.

Si este simplón y banal ejemplo, sugerido por una alumna mía al hablar de tecnología, puede mostrar de lo que son capaces las inteligencias artificiales en cuestiones de arte y lenguaje, ¿cuál es el destino que le depara a artistas?

En el futuro, cuando se nos presente una pintura, una escultura, un poema o una canción, ¿cómo sabremos si lo hizo una persona o una inteligencia artificial? Sin lugar a dudas, los vanguardistas, desde su tumban, se frotan las manos y se atusan los bigotes. Este es el epítome de su sueño…