
Inteligencia Artificial, chat GTP… Hace poco leí en Good economics for hard times que nos hace entrar en pánico el que se pierdan empleos por la sustitución con máquinas, pero se nos olvida que no son máquinas, sino programas informáticos y, en consecuencia, pensar en despidos masivos ignora el detalle de que esos programas necesitan personas capacitadas para aplicarlos.
El casi pánico que se extiende al ver lo que es capaz de hacer una AI ha dado lugar a que otro tema no sea tan visible. ¿Acaso estamos viendo cómo se logra que una AI aprenda nuestro lenguaje y lo use?
En la labor de enseñar una lengua extranjera se incluye el aprendizaje de vocabulario, reconocimiento de aspectos culturales y un entrenamiento auditivo y vocal; pero suele verse un especial énfasis en la gramática: entre mejor se domine la gramática, más capacidades comunicativas puede desempeñar.
So here is what ChatGPT has done: it has falsified in the starkest terms Chomsky’s claim that innate principles of language are necessary to learn a language. ChatGPT has shown that without any hard-wired principles of grammar or language this program, coupled with massive data, can learn a language” Daniel Everett, profesor de la Universidad de Pittsburgh.
Quizá nos hemos equivocado todo este tiempo, quizá el Chat GTP nos enseña que para hablar una lengua diferente lo que necesitamos es ¿administrarnos cantidades extensas de datos?
Aprender diferentes idiomas es un tema al que la globalización nos ha enfrentado, preguntarnos cuál puede ser la manera más eficiente para adquirir una lengua extranjera es válido; pero quizá es precipitado hacer la comparación máquina-humano.
Aunque el referente que tenemos de aprendizaje se ha basado en el conocimiento de las neuronas, cuando es aplicado en la programación el enfoque que se toma es el de modelos matemáticos.
Además, las AI que trabajan con el procesamiento del lenguaje natural, en principio, sí que tienen mayor aprendizaje entre mayor volumen de datos tengan, sin embargo, esos datos se administran de manera ordenada, bajo una serie de normas que indican al programa qué valor darle a cada elemento nuevo. Es decir, aunque es determinante para el desempeño de la AI los datos que tenga como base, no es factible prescindir de la gramática.
Más que correr y gritar ante la presencia de la tecnología, más que afirmar que podemos aprender de la manera en que lo hace una AI (no aún), quizá podría ser momento de adquirir conocimientos que nos permitan entender las bases matemáticas, de programación, mismas que han permitido llegar a la interfaz que hoy conocemos en los celulares, tablets, relojes, refrigeradores, lavadoras… Awwww, el internet de las cosas.
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