
Como el amante empedernido de la Literatura Comparada, y fiel defensor del disfrute de todas las expresiones, movimientos y disciplinas artísticas que soy, pienso que, si bien el objetivo central de esta columna es hablar de temas literarios, mantener única y exclusivamente en esa línea sería muy reduccionista de mi parte. ¿Quién, en su sano juicio, entraría a un buffet solo para comer el mismo platillo de siempre? De nuevo, mi necesidad imperiosa de hacer una analogía entre las letras y la comida se hace presente.
Por eso, el día de hoy les daré una recomendación con temas literarios que no precisamente se circunscriba solo a la Literatura, con la esperanza de, si es de su agrado, poder repetir el experimento en un futuro cercano. Pues, como he manifestado largo y tendido a lo largo de mi breve, pero amorosa carrera profesional, cuando las artes entran en contacto todos salimos ganando.
La librería (The Bookshop) es una película producto de la adaptación del libro homónimo de Penelope Fitzgerald. Dirigida por Isabel Coixet y estrenada en el 2017, cuenta la historia de una viuda que, gracias al amor por los libros, decide abrir una librería en una pequeña comunidad inglesa. Esta decisión será mal tomada por una aristócrata que tenía otros planes para el edificio donde la protagonista instala su incipiente negocio. Por esta razón, la mujer en el poder hará todo lo posible por arruinar la empresa de la protagonista y seguir adelante con sus propósitos.
La película, además de contar un drama interesante y conmovedor, cuenta con una serie de personajes secundarios tan maravillosos como profundos, lo que, para mí, fue el punto más fuerte de todo el filme. Por un lado, tenemos al señor Edmund Brundish, un hombre reservado y misterioso que profesa un profundo amor por los libros, casi equiparable con su desprecio al resto de humanos. Por otro lado, aparece Christine, una niña que se convierte en ayudante en la librería para, de esta forma, explorar su propia relación con la Literatura.
Dichos individuos, tanto el hombre como la niña, se relacionan con la protagonista a través de los libros y el arte; modifican, pues, sus personalidades y alteran la propia existencia de la viuda a través del descubrimiento, por parte de la niña, y el redescubrimiento, por parte del hombre, de las posibilidades artísticas de la Literatura. De esta forma, la película evidencia una realidad que todo buen lector puede confirmar: los libros nos pueden cambiar con la misma fuerza con la que nosotros los resignificamos a ellos.
Una película amena y tremendamente pasional que nos recuerda, de la forma más romántica posible, la naturaleza de las artes y las características más hermosas que compartimos los humanos con ella. Gran opción para recargar energías en este hermoso y sinuoso camino literario.
Deja una respuesta